lunes, 27 de febrero de 2012

EXITO TEATRAL DEL GRUPO SANGE...¡Y SOLIDARIO!


Los dos últimos fines de semana (18 y 25 de febrero) nuestra parroquia se ha revestido de teatro, escenario, sillas... con un fin solidario: ayudar a Cáritas en estos tiempos de crisis y necesidad para muchas familias.

El Grupo SANGE ha realizado el esfuerzo, durante un año, de preparar la representación de la obra "Nosotros, ellas... y el duende" (del autor Carlos Llopis). Un esfuerzo que ha sido recompensado con una puesta escena que ha permitido a casi 400 personas asistir a una representación de altísima calidad, ofreciendo una obra con humor e inteligencia.

Se han recaudado unos 1.600 euros para Cáritas.

¡Gracias a todos! ¡y GRACIAS al Grupo SANGE!

jueves, 23 de febrero de 2012

PROFESION PERPETUA DE VICTOR Y DAMIAN, PRÓXIMO 17 DE MARZO.

Queridos amigos y hermanos gerardinos,

Queremos invitaros a nuestra Profesión Perpetua, será en Madrid-Perpetuo Socorro el 17 de marzo a las 20.00. Es un momento feliz y de celebración de familia redentorista que deseamos compartir con vosotros. Ya que nos habéis acompañado en la "gestación", también os invitamos a un parto feliz, o eso pediremos a San Gerardo, ¿no os parece?

Un abrazo de corazón, rezad por nosotros y ayudadnos a dar gracias a Dios por este nuevo paso.

Víctor Chacón CSsR y Damián Mª Montes CSsR

viernes, 17 de febrero de 2012

El arzobispo de Oviedo dedica su carta pastoral a Whitney Houston

El arzobispo de Oviedo, monseñor Jesús Sanz Montes OFM, ha sorprendido dedicando su carta pastoral del próximo domingo a la cantante prematuramente desaparecida Whitney Houston. En su carta, el prelado se muestra buen conocedor de la producción musical de la cantante estadounidense, fallecida el 11 de febrero a los 48 años.

En su carta, el arzobispo afirma que, aunque cada día mueren miles de personas, hay “de vez en cuando, muertes que podríamos llamar 'emblemáticas', muertes que nos sobrecogen por su absurdo más imprevisto, más impensable y menos de recibo. No es el caso de un accidente o una enfermedad, sino el haberse dejado morir cuando parecía que todo conspiraba para poder seguir viviendo”.

Sobre la cantante Whitney Houston, prematuramente desaparecida, el prelado ovetense afirma: “La belleza de su voz tan llena de fuerza y de talento, bien encajada en su hermosura encantada, hubiera asegurado una vida no sólo premiada, sino serena y gozosa, con todo cuanto se podría en principio tener para vivir dichosamente la existencia. Quien fuera una de las más importantes cantantes de gospel y de música pop y soul durante varias décadas, de pronto ha enmudecido su voz para siempre y ha quebrado su cuerpo hundido en un naufragio de bañera”.

El obispo recuerda otros casos de “personajes que por mil razones han malogrado su vida, no como desesperado desenlace de tenerlo todo al revés y cuesta arriba, sino como fruto de no saber dar con lo que permite ver las cosas y vivirlas de un modo agradecido, gratuito, de no haber encontrado lo que no cabe en una cuenta bancaria, en un éxito de popularidad, en unos dones naturales de excepción”.

Monseñor Sanz confiesa sentirse conmovido “por tan triste deriva”: “Rezamos por esta mujer y pedimos para que su encuentro con Dios sea un estreno eterno con la belleza que jamás se marchita, ni traiciona, ni destruye, sino que cumple del todo y para siempre la felicidad para la que también ella fue pensada, fue creada, fue esperada y redimida”.

Invita a todos a recurrir a Dios en los momentos difíciles porque “acoge y escucha nuestros gritos y plegarias, los que logramos expresar con serena piedad y los que lanzamos a los vientos sin saber que los dirigimos a quien sólo nos puede escuchar sin engaño”.

Y dedica un pensamiento final a Whitney: “La cantante Houston se preguntaba en una canción ¿cómo podría conocer? (How Will I Know), y esto es lo que a tientas ha ido buscando de tumbo en tumbo. Pero hay Alguien más grande que nuestras torpezas o extravíos que nos conoce y que sale a nuestro encuentro. Es el Amor más grande de todos (Greatest Love Of All), como ella también cantó. Ella corrió hacia Él (Run to You) a pesar de sus notas fallidas. Su concierto eterno ha comenzado. Descanse en paz”.

martes, 14 de febrero de 2012

Un misionero español muere en Ecuador tras salvar la vida de siete niños

Pedro Manuel Salado estaba destinado en la misión que su institución religiosa tenía en Ecuador para el cuidado de los niños desamparados.

El misionero Pedro Manuel Salado, español de 43 años, falleció la semana pasada tras salvar la vida de siete niños que habían sido arrastrados por el mar. Natural de Chiclana de la Frontera, Cádiz, se consagró en la Familia Eclesial Hogar de Nazaret en el año 1990, y hasta 1998 vivió en el Hogar de Nazaret de Córdoba; en este año fue destinado a la misión que la obra tiene en Quinindé, Ecuador.

El 5 de febrero, la comunidad misionera se había ido con los niños y niñas que tienen acogidos a una playa cercana a la misión. Cuando los niños estaban jugando en el agua cerca de la orilla una ola se llevó a siete hacia dentro.

El hermano Pedro, a pesar del respeto que solía tener al mar, no dudó en lanzarse al agua y los fue sacando uno por uno. Tras sacar a los dos últimos niños (Selena y Alberto), fallecía en la orilla exhausto. Al conocer la noticia, el obispo de Esmeraldas afirmaba que "el hermano Pedro murió como vivió" entregado a Dios y a los niños.

El lema del Hogar de Nazaret es "Si el grano de trigo cae en tierra y muere da mucho fruto". Así la nota decía que "Pedro Manuel lo ha cumplido con creces durante su vida y en este último acto heroico".

Uno de sus niños decía llorando: "Y ahora ¿quién va a cuidar de nosotros?". La obra Hogar de Nazaret seguirá acogiendo a esos niños, pero hay varios que estaban esperando al mes de marzo para ir a vivir con Pedro Manuel.

"Pedimos a Dios las vocaciones necesarias para poder atender a estos niños", afirma esta institución religiosa que concluye asegurando que "tristes por su ausencia, pero gozosos por su generosidad y valentía, agradecemos a Dios el don que ha hecho al enviar al hermano Pedro a nuestra obra, Hogar de Nazaret, y a la Iglesia".

El Hogar de Nazaret es una institución fundada por María del Prado Almagro Roldán en 1978. Actualmente es la directora general de la misma. La obra desarrolla su actividad en una doble vertiente. Por un lado atienden a niños cuya situación familiar es difícil, en hogares, ofreciéndoles un ambiente lo más parecido a una familia (siempre grupos pequeños, de 6 a 8), y por otro lado, se dedican al apostolado familiar, en colaboración con las parroquias.

Tienen hogares en España (Granada, Albolote, Málaga, Chiclana, Sevilla, Córdoba, Puente Genil, Valdepeñas, Madrid y Toledo) y en Ecuador (Quinindé), donde además de tres hogares, dirige una escuela que comprende edades de 3 a 18 años.

martes, 7 de febrero de 2012

PRESENTACIÓN DEL MENSAJE PARA LA CUARESMA 2012

Esta mañana en la Oficina de Prensa de la Santa Sede, el cardenal Robert Sarah, presidente del Pontificio Consejo Cor Unum, acompañado por los monseñores Giampietro Dal Toso y Segundo Tejada Muñoz, respectivamente secretario y subsecretario de ese dicasterio, presentaron el Mensaje del Santo Padre para la Cuaresma de 2012.

“Sabemos que el Mensaje de Cuaresma -dijo el cardenal Sarah- contribuye a tener vivo en los fieles el sentido de la atención al bien del prójimo, de la comunión, del interés, de la compasión y de la división fraterna de los sufrimientos del indigente (…) Pero, más allá de este hecho tan importante, hay otro aspecto de la vida cristiana que el texto de este año pone de relieve. Se trata de la corrección fraterna”.

“La caridad nos enseña que nuestra responsabilidad hacia los demás no se centra sólo en su bien material, sino también en el moral y espiritual (…) No podemos callar que una determinada ideología que ha exaltado los derechos del individuo pueda desembocar en el aislamiento y la soledad de las personas (…) Cuando, en nombre del individualismo, se niega la llamada a la comunión, nuestra humanidad sale perjudicada, engañada por el espejismo de una felicidad imposible, obtenida en soledad. Por eso, podemos ayudarnos recíprocamente descubriendo que somos responsables los unos de los otros”.

“A la luz de corrección encaminada hacia la verdad y la caridad -prosiguió el purpurado- se lee también la acción de la Iglesia en el mundo contemporáneo (…) A veces se piensa incluso que sea el deseo de poder o su nostalgia lo que dicta la preocupación de la Iglesia, su oponerse con decisión a algunas manifestaciones de la cultura actual. No: lo que mueve a la Iglesia es su sincero interés por el bien de la persona en concreto y del mundo. Su acción no se inspira en la condena ni en la recriminación, sino en la justicia y la misericordia que tienen el valor de llamar a las cosas por su nombre. Sólo así se iluminan las raíces del mal que no dejan de fascinar también a las mentes del mundo moderno. Esta tarea se llama misión profética”.

En el Antiguo Testamento, explicó el cardenal Sarah “el profeta es un hombre llamado y enviado por Dios para anunciar al pueblo su voluntad (…) Está claro que el aldabonazo a una mayor justicia social forma parte de la misión de la Iglesia” que “no puede callar ante el hecho de que muchos mueran por la falta del mínimo indispensable mientras otros se enriquecen explotando a los demás. (…) Pero sería demasiado poco que la dimensión profética de nuestro hablar y actuar se limitase a estos fenómenos externos sin apuntar a las raíces morales de estas injusticias. La corrupción, la acumulación de dinero, la violencia, el vivir a espaldas de la colectividad sin aportar nada son auténticos cánceres que socavan la sociedad desde el interior. Tampoco podemos callar que (…) en la base de la crisis financiera está la avaricia, la búsqueda desenfrenada del dinero sin escrúpulos y sin considerar a los que tienen menos y deben soportar las consecuencias de las decisiones equivocadas de otros. Este apego al dinero es pecado. La Iglesia es profética cuando denuncia este pecado que perjudica a la persona y a la sociedad”.

“Pero el Santo Padre (…) nos indica una dimensión aún más profunda: la Iglesia se hace profeta en el mundo de hoy para denunciar en particular la ausencia de Dios (…) Nuestra sociedad secularizada ha llegado a vivir y a organizarse sin tener presente a Dios debido a que está envuelta en una pobreza todavía más trágica de la material, una pobreza que consiste en el rechazo y la exclusión total de Dios de la vida social y económica, de la revuelta contra las leyes divinas y contra las de la naturaleza (…) La primera responsabilidad de la Iglesia es recordar a cada generación que esta dimensión espiritual es fundamental. El profeta de hoy debe decir al mundo que Dios existe y que sin este Padre que nos llama a la solidaridad y a la división, la vida muerte y la fraternidad se disuelve en una utopía vacía. Debe decir que el ser humano tiene una vocación sobrenatural. Que hay una conciencia en la que habla la voz de Dios a quien un día tendremos que responder”.

“El Mensaje que presentamos hoy-finalizó- quiere sacudir las conciencias sobre los derechos/deberes de nuestros hermanos, pero también respecto a nuestros deberes con los “derechos” de Dios. Y todo esto debe ocurrir en el contexto de la comunión cristiana en la que rige el principio de la reciprocidad y de la corrección fraterna, preocupándonos por el bien temporal de los seres humanos, pero también por su salvación escatológica”.

PROMOVER EN LA IGLESIA UNA CULTURA DE APOYO A LAS VÍCTIMAS DE ABUSOS

El lunes 6 de febrero por la tarde, en la Pontificia Universidad Gregoriana, tuvo lugar la apertura del simposio internacional “Hacia la curación y la renovación” (6-9 de febrero), que reúne a obispos y superiores religiosos de todo el mundo para relanzar el compromiso de la Iglesia en la protección, contra los abusos sexuales, de los menores y las personas vulnerables. Durante la sesión de apertura, se leyó un mensaje enviado por el cardenal Secretario de Estado, Tarcisio Bertone, S.D.B. –en nombre del Santo Padre- al rector de la Gregoriana, P. François-Xavier Dumortier, S.I.

En el mensaje, el cardenal Bertone recuerda que “el Santo Padre ha observado en numerosas ocasiones que la atención a las víctimas debe ser una preocupación prioritaria en la comunidad cristiana, y debe ir unida a una profunda renovación de la Iglesia a todos los niveles. (…) Por tanto, el Santo Padre apoya y anima todos los esfuerzos encaminados a responder con caridad evangélica al desafío de proporcionar a los niños y a los adultos vulnerables un entorno eclesial que conduzca a su crecimiento humano y espiritual. Urge a los participantes en el Simposio a que sigan elaborando sistemas para promover en toda la Iglesia una fuerte cultura de efectiva salvaguardia y apoyo a las víctimas”.

El Papa reza al Señor para que este simposio pueda servir de ayuda a la hora de “responder de modo verdaderamente cristiano a la tragedia de los abusos dirigidos contra los niños”.